Decenas de familias que viven en la Cañada Real se han manifestado hoy para pedir la paralización de los derribos de sus casas y denunciar el "pésimo trato" que reciben de las Administraciones.
Según ha explicado a Efe Manuel Prada, uno de estos vecinos y miembro del grupo de trabajo de Comunicación, tres familias viven estos días bajo la "amenaza inminente" de derribo de sus casas y se suman así a las 10.000 que, según sus cálculos, están afectadas por los diferentes procesos abiertos de derribo en los sectores 3 a 6.
Esta mañana, los habitantes de la Cañada Real han participado en un pasacalles que ha recorrido los tramos "más afectados" por la nueva normativa de desafectación y desde primera hora de la tarde celebran una fiesta 'hispano-marroquí'.
La Cañada Real, ha explicado Prada, es un barrio lineal en el que "todos nos conocemos, nos llevamos bien, nos ayudamos y la convivencia es, en general, muy tranquila".
Muchos de los vecinos son de origen magrebí que trabajaban en la construcción y que ahora están en el paro. Sus hijos -"más de 200 niños", según Prada,- van al colegio a Rivas Vaciamadrid, Coslada y Madrid, pero en cualquier momento se pueden quedar sin hogar.
Manuel Prada ha reivindicado para los "cañadienses" plenos derechos, dejar de estar estigmatizados -"sólo un 5 por ciento se dedica a la droga"- y paralizar los derribos de sus casas hasta la entrada en vigor de la nueva Ley.
Fuente: EFE
Según ha explicado a Efe Manuel Prada, uno de estos vecinos y miembro del grupo de trabajo de Comunicación, tres familias viven estos días bajo la "amenaza inminente" de derribo de sus casas y se suman así a las 10.000 que, según sus cálculos, están afectadas por los diferentes procesos abiertos de derribo en los sectores 3 a 6.
Esta mañana, los habitantes de la Cañada Real han participado en un pasacalles que ha recorrido los tramos "más afectados" por la nueva normativa de desafectación y desde primera hora de la tarde celebran una fiesta 'hispano-marroquí'.
La Cañada Real, ha explicado Prada, es un barrio lineal en el que "todos nos conocemos, nos llevamos bien, nos ayudamos y la convivencia es, en general, muy tranquila".
Muchos de los vecinos son de origen magrebí que trabajaban en la construcción y que ahora están en el paro. Sus hijos -"más de 200 niños", según Prada,- van al colegio a Rivas Vaciamadrid, Coslada y Madrid, pero en cualquier momento se pueden quedar sin hogar.
Manuel Prada ha reivindicado para los "cañadienses" plenos derechos, dejar de estar estigmatizados -"sólo un 5 por ciento se dedica a la droga"- y paralizar los derribos de sus casas hasta la entrada en vigor de la nueva Ley.
Fuente: EFE
0 comentarios:
Publicar un comentario